martes, 9 de julio de 2013

Cuestión de paciencia (extra)



Quiero aclarar que tengo intención de seguir con la historia de  mi querido Logroño, pero dada la dificultad para ordenar los datos que voy recopilando, tanto en mi cabeza como en mi portátil quiero organizar el hilo centrándome en las edificaciones que han ido formando la entretela de la ciudad por eso he empezado por las iglesias de San Blas y San Salvador, que en teoría fueron las más antiguas?.

Así que un poco de aquí y un poco de allá, iré hilvanando retazos hasta ahora desconocidos para mí.

Las fotos las voy encontrado en la red y procuro que pertenezcan a publicaciones de uso "creative common".  Si alguien se siente ofendido, o piensa que estoy haciendo un uso indebido de ellas ruego me lo haga saber para retirarlas, en cuanto a las que pongo que son de cosecha propia están por completo a vuestra disposición, siempre que no sean para uso comercial, 
 


caso contrario podéis poneros en contacto conmigo para saber donde paran.

San Blas (2)



El entorno parroquial:

En los tiempos contemporáneos y modernos hasta 1822 las parroquias no estuvieron sujetas  a límites territoriales si no que cada feligrés  optaba  por su elección personal, así sus hijos quedaban inscritos en la parroquia de sus padres, no obstante encontramos documentados los términos Quiñón de San Salvador y barrio de San Blas.


En 1278 la villa de Logroño estaba dividida en 10 quiñones, estos estaban presididos por dos alcaldes teniendo efectos administrativos de tributación y justicia y quizás también religiosa puesto que las procesiones recorrían las calles del quiñón, de hecho muchos feligreses  de San Blas Vivian en las proximidades (calle de Laurel).

En cuanto al barrio de San Blas, podemos situarlo en las cercanías de dicha iglesia, la calle de dicho nombre comenzaba en el arco del mismo nombre, o puerta vieja y acababa en la calle herbentia, lo que hoy llamamos portales, pudiéndose prolongar hasta entrambascarnicerias, quedando comprendidas en el barrio las calles Laurel, Forno de los Abades o del Cabildo, de la puerta vieja, carnicerías y entrambascarnicerias, las Padillas y Barrio de Sabando.

Siendo la calle que pegaba a la muralla la llamada ronda de San Blas, no podemos reconstruir hoy el plano del quiñón, pero es posible que estuvieran en el las hoy día llamadas calle del laurel, Peso, San Agustín, y alguna travesía como la calle del Albornoz.

En cuanto a la Iglesia de San Blas, podemos pensar que constaba de una planta gótica con capillas laterales y crucero encontrándose documentados una torre, coro alto, baptisterio  y sacristía así como un archivo y un granero Del Arca de misericordia, La capilla mayor se rehízo en 1731 por Diego Sáenz de la peña. Siendo esta demolida en el año 1873, utilizándose sus sillares para el arreglo de las murallas de la ciudad.


Datos obtenidos del libro anteriormente citado escrito por D. Eliseo Sainz Ripa.

San Blas (1)



Los templos de San salvador y San Blas, hoy desaparecidos,  están unidos históricamente tanto por su situación, como por su dependencia religiosa.

Situados en lo que hoy constituye la zona comprendida entre las calles, Sagasta, del peso, González  Gallarza y Hermanos Moroy. En documentos eclesiásticos datados en el siglo XVI, figuran como “Iglesias Unidas Parrochiales de San Saluador y de San Blas de la ciudad de Logroño”.

Su estatus parroquial queda reflejado documentalmente en el año 1294 subsistiendo como tales hasta el año 1822, año en el cual el obispo Puyal y Poveda  las adscribe a otras parroquias de Logroño, posiblemente a la de San Bartolomé.


Las primeras noticias que tenemos de ellas, en el siglo XIV, dicen: existen en la zona sur de la villa de Logroño dos templos colindantes y próximos a los muros del concejo y a la llamada puerta vieja, dedicados a San Salvador y San Blas.

La Parroquia de San Salvador el viejo se halla documentada en 1294, así como su párroco Don Domingo Abat, éste, junto con Juan Raíz clérigo de San Salvador el viejo, compraban y escrituraban para dicha iglesia una finca en Logroño con dineros donados por una parroquiana.
También tenemos noticias al mismo tiempo del templo de San Blas, el cual en 1376 era capellán  Pascual Sánchez, Esta parroquia era mantenida por un pequeño hospital o alberge del mismo nombre del que solo sabemos que se levantaba junto a la calle de Carnicerías.
 Calle Hermanos Moroy
Nota:
Información obtenida  del libro  Organización parroquial de las iglesias de san salvador y San Blas de Eliseo Sainz ripa.

viernes, 5 de julio de 2013

El fuero de Logroño



El fuero de Logroño:
El conde García Ordóñez (también conocido como 'el crespo de Grañón' o 'el enemigo malo del Cid') y su esposa Doña Urraca pusieron todo el empeño en repoblar y engrandecer La Rioja. Prueba de ello fueron los Fueros que el rey Alfonso VI  concedió a Logroño en 1095, una vez rehabilitada la villa tras el saqueo del Cid. 

El fuero significaba, entre otras cosas, un estado jurídico favorable a la repoblación y al incremento de la artesanía y el comercio, una situación de privilegio que concede franquicias y exenciones a los ciudadanos, pasando de ser villanos a la condición de franqueza o libertad de comparar bienes y disponer de ellos comercialmente, así como la independencia de otro señor que no fuera el Rey.


ALFONSO VI

El fuero lo firmó el rey Alfonso, estando en Alberite con su mujer, el 9 de Febrero de 1095. Su concesión a Logroño no fue en absoluto casual ni arbitraria: Logroño había cobrado una importancia estratégica singular y habiendo aumentado notablemente su población, a la par que crecía el continuo flujo de peregrinos que frecuentaban el camino desde su desvío por tierras riojanas. La política europeísta de los monarcas navarros fue seguida y reforzada por Alfonso VI, quien cuidó con esmero el camino jacobeo en general y en particular a su paso por La Rioja desde Logroño hasta Grañón, con la especial ayuda de dos personajes de excepción, Domingo de la Calzada y Juan de Ortega.
Gracias a los artesanos, constructores y comerciantes (judíos muchos de ellos) que se iban estableciendo en la villa al amparo del fuero, ésta pasó de ser una aldea a situarse a la cabeza de las poblaciones del camino. En apenas cien años, a la primera rúa (vieja) montada sobre los taludes del río se añadieron la rúa mayor y otras, paralelas siempre al río, y pronto se construiría una cerca, un castillo y torreones a ambos lados del puente para hacer frente a las urgencias defensivas, por su carácter fronterizo con Navarra. 





También se levantaron Iglesias a San Blas y San Salvador, San Gil, a Santa María (la Redonda), y a Santiago, de las cuales hoy sólo nos queda una pequeña cripta y, tal vez, restos de la cimentación y de la antigua muralla en la actual Iglesia de Santiago.
Monarcas posteriores concedieron a Logroño otros privilegios, como la exención de portazgos en todo el reino, excepto en Toledo, Sevilla y Murcia, otorgada por Alfonso X el Sabio y confirmada por otros 11 monarcas. Alfonso VIII, el de las Navas de Tolosa, nacido en Nájera, había concedido a la villa el privilegio de que los rebaños de Logroño 'pudieran pastar libremente en todas las hierbas que hubiese en sus reinos'. Recordemos la importancia económica que tienen en estos siglos las merindades, la trashumancia, las cañadas reales, el comercio de la carne y de la lana, etc.


jueves, 4 de julio de 2013

Rua Vieja




Cuenta se que la parte más antigua de Logroño estaba constituida por las calles Rúa Vieja, Barriocepo, Excuevas, Norte y Plaza Santiago y San Pablo.

Hallaba se la muralla entre el Cubo del Revellín, que bajaba acariciando el Ebro por la calle del Norte, hasta el castillo que ubicaba sus pétreas moles cerca de la primera torre del legendario Puente de Piedra. Una puerta, la de los “Molinos y Tenerías”, y un portillo, el de “Zurrerías”, se abrían a la “Rúa Vieja”, siendo éstas las vías de comunicación entre el “Camino” y el resto de la zona.


Cubo del Revellin desde la calle del Norte.

La última muralla que rodeó Logroño entre los años 1837-1861 convirtió a esta parte de la ciudad en un auténtico baluarte inexpugnable, en el que fueron instaladas dos impresionantes baterías, concretamente la de “Santiago” y la de “Terrazas”, que, juntamente con otras dos en el Puente y una en el Cementerio Viejo (superficie hoy ocupada por el Hospital General de La Rioja), constituyeron una excepcional defensa


.Hospital general de la Rioja.
Son de gran interés en la calle Rúa Vieja: El edificio señalado con el número 9, con planta baja de sillería del XIV y pisos altos de los XVII-XVIII; posible Casa Ayuntamiento en el XVI. Su fachada ostenta los siguientes escudos: 


1.- Tejado por banda entre dragones, con trece basantes y tres lises. 2.- Cinco lises. 3.- Lobo encadenado a árbol bajo tres fajas.

La “Casa de la Virgen”, ubicada en el cruce con Mercaderes, del siglo XVI, con portada de medio punto de triple arquivolta, la exterior adiamantada. En su fachada, un cuadro de la Virgen, que da nombre al edificio y que se encuentra completamente deteriorado, y dos escudos, uno de ocho cuarteles, la primera mitad con árbol, caldera, torre y lis, y la segunda con cadenas, ciudad con tres torres, ave sobre cadenas y animal pisante. El otro escudo se halla conformado por cuartelado en cruz de árbol, caldera torre y lis. Actualmente se van a construir nuevas viviendas en dicho edificio

Bodega de la virgen, hoy centro de la cultura del Rioja.

En esa edificación se ubicaron las “Bodegas de la Virgen” y en su interior existían dos bustos en alto relieve representativos del rey Carlos I y de su esposa Isabel de Portugal, probablemente inquilinos de esta casa-palacio en alguno de los viajes que a Logroño efectuó este monarca en 1520, 1523 y 1542. 

 La Reja Dorada.

Bodega La Reja Dorada, siglo XVI. Propiedad de la familia de Jacinta Martínez de Sicilia, esposa del General Espartero. El día 14 de diciembre de 1993, un descendiente del General Espartero procedió a descubrir una placa colocada en su fachada y cuyo texto dice lo siguiente: “Esta es la casa de doña Jacinta Martínez de Sicilia, Duquesa de la Victoria, que lo fue por sus esponsales con el General Espartero. Año 1827”  (1).


(1)             Fuente LA RIOJA.com